Cuando hablamos del método Pilates Auténtico hacemos referencia constantemente a los beneficios que aporta para conseguir una buena postura pero ¿cómo ocurre esto?

Uno de los objetivos de este entrenamiento es modificar nuestro esquema corporal, esto es la imagen que el cerebro tiene de nosotros mismos; para ello necesitamos mejorar la propiocepción, es decir la capacidad de sentir cada parte de nuestro cuerpo individualmente y en su conjunto.

Es por esto que realizar los ejercicios con concentración es fundamental en esta técnica.

Durante los ejercicios de Pilates activamos músculos que deberían trabajar en determinados movimientos y sin embargo no lo hacen. Al activarlos despertamos células cerebrales que también estaban inactivas y el cerebro comienza a modificar también nuestro esquema corporal; de este modo conseguimos que la postura se modifique no solo durante la sesión de Pilates si no que se mantenga a lo largo del tiempo.

Si las sesiones de Pilates se realizaran con música, nuestro cerebro consciente se “distraería” prestando atención al sonido y perderíamos parte de la concentración necesaria para que este proceso de reaprendizaje se realice correctamente.

Del mismo modo, los espejos en la sala de entrenamiento son una herramienta para el profesor que le permite tener una visión completa de la persona al mostrar su parte posterior, pero el alumno no debe trabajar frente al espejo porque lo interesante es que el cerebro aprenda a sentirse sin la necesidad de tener una imagen visual ya que no vivimos frente a un espejo.