Fisioterapia y osteopatía pediátrica e infantil

El momento del parto para el bebé, es un momento de lucha por su supervivencia, ya que pasa de estar en un entorno cálido, conocido y contenido, a verse empujado hacia el exterior, dónde hay demasiada luz, demasiado ruido y dónde no sabe qué va a ser de él hasta que encuentra los brazos de su mamá o de su papá.

Se trata, por tanto, de un momento en el que el bebé genera muchas tensiones a diferentes niveles. Estas tensiones, una vez superado el parto, deberían desaparecer por sí solas, pero esto no siempre sucede, y, según el caso, pueden quedar instaladas a diferentes niveles dando lugar a otros problemas como alteraciones en la succión o problemas de lactancia, cólico del lactante, reflujo gastroesofágico, plagiocefalias, niños muy irritados con un patrón de extensión, rechazo a la posición de enrollamiento, alteraciones del sueño, y un largo etcétera, que si no se trata irá favoreciendo y aumentando esas tensiones.

Esta es la razón por la que es fundamental una visita, poco después del nacimiento, al osteópata o fisioterapeuta pediátrico. En la sesión haremos una valoración completa del bebé y revisaremos aspectos diferentes a los que se examinan en las visitas al pediatra, y, lo más importante, os daremos consejos sobre cómo lidiar con el día a día del bebé para mejorar su evolución y desarrollo.

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¿Cuándo es el momento ideal para realizar esta revisión?

Se le puede revisar desde el momento que nace si es que hay algún problema importante. No obstante, lo ideal, es dejarles unos días para que se vayan despertando al mundo y que los padres estéis un poco más acomodados. Por ejemplo, pasados los primeros 15 días del nacimiento del bebé es un momento estupendo para realizar esa primera visita.

¿En qué podemos ayudar a tu bebé o a tu hijo?

  • Sesión de valoración inicial (sesión incluida si has realizado las clases de “Acompañamiento del Bebé”)

  • Alteraciones o deformaciones craneales: plagiocefalia, braquicefalia, acabalgamientos de los huesos del cráneo, otitis, obstrucción del saco lacrimal, retrognatia u otras alteraciones mandibulares, sinusitis, alteraciones del sueño, cefaleas, migrañas, bruxismo infantil, etc.

  • Alteraciones digestivas: cólicos, reflujo, disquecia del lactante, estreñimiento, problemas con la succión y la deglución.

  • Alteraciones musculoesqueléticas: tortícolis congénita, problemas de espalda (escoliosis, cifosis, hiperlordosis), alteraciones de miembros superiores e inferiores, alteraciones de la marcha, esguinces frecuentes.

«En cada niño se debería poner un cartel que dijera:
tratar con cuidado, contiene sueños»

Mirko Badiale

«Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy»

Gabriela Mistral