Uno de los puntos clave para la buena ejecución de los ejercicios del Método Pilates consiste en no bloquear las rodillas. Es decir, hay que evitar dejarlas rígidas o, lo que es peor, llevarlas a hiperextensión.

Muchas personas no sienten que trabajan bien si no ponen sus cuádriceps rígidos, pero la razón es que es a lo que está acostumbrado su cerebro, y la misión del Método Pilates es devolver a esas rodillas su fisiología y funcionalidad.

Según la biomecánica del Método de cadenas musculares GDS, el cuerpo tiene 3 masas estables: cráneo, tórax y pelvis y 3 intermasas flexibles: rodillas, columna lumbar y columna cervical.

Si rigidificamos la intermasa de la rodilla, eliminaremos también la posibilidad de movimiento y adaptabilidad necesarias en la columna cervical y lumbar. El efecto de esta modificación puede generar rigidez y dolor el lumbares y cuello e inestabilidad en las masas, generando también patología en estas otras zonas.

Por todo ello las rodillas deben trabajar cómo muelles, con unos cuádriceps efectivos que permitan un enderezamiento de la columna correcto pero no excesivo.

En Fisioterapia y Movimiento Sane Pilates aplicamos el Método con gran rigurosidad biomecánica y realizando una valoración global de la postura y estado de salud de cada persona.

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