Los dos primeros años de vida, como ya hemos explicado en otras ocasiones, es un momento de constante cambio y aprendizaje, por lo que nuestro cuerpo es muy moldeable y adaptativo. Durante el parto, la cabeza de los bebés se ve sometida a presiones elevadas y estrés que, durante los meses siguientes, pueden alterar diferentes partes del cuerpo y las funciones que éstas realizan. La osteopatía craneal es una disciplina que dispone de herramientas que pueden ayudar a tu bebé, ya que facilita el movimiento de estas suturas y de los tejidos de alrededor, promoviendo el bienestar y el perfecto funcionamiento de los mismos.

El cráneo está compuesto por diferentes huesos que se unen por medio de suturas, ligamentos y fascias. Estas suturas, en el adulto tienen muy poco movimiento, pero en los bebés aún no están unidas, por lo que hay más movimiento. Además de las suturas habituales, en el recién nacido los huesos del cráneo están divididos, en ocasiones hasta en tres piezas, formando unas pequeñas islas sin hueso llamadas fontanelas. Todas estas líneas de unión tan flexibles y moldeables permiten que la cabeza del bebé se adapte al canal del parto y pueda salir. Hasta los dos años, el cráneo del bebé no termina de cerrarse, por lo tanto, es una época buenísima para poder trabajar con estas estructuras y conseguir muy buenos resultados.

Una de las alteraciones en las que la osteopatía craneal pediátrica puede ayudar mucho es en la plagiocefalia, o también llamado síndrome de la cabeza plana. Es  una deformidad que se da de manera frecuente en los recien nacidos. En ella, aparece un lado de la cabeza achatado o plano, normalmente consecuencia de una fase de expulsivo demasiado larga. Esta dismetría puede conllevar un mal desarrollo motor y control de la cabeza y el cuello, una tortícolis o un problema digestivo. Con un buen tratamiento, esta afectación se recupera en pocos meses y evitamos secuelas mayores cuando el bebé crezca.

La osteopatía también tiene mucho que decir en los temidos cólicos del lactante, el reflujo, el estreñimiento y los gases. En ocasiones, estas patologías vienen provocadas por un exceso de tensión en el sistema nervioso, en concreto, en la zona de la columna y del cráneo. Por ello, trabajando estas estructuras aliviaremos dicha tensión y mejoraremos el funcionamiento del sistema digestivo.

Además, con un buen tratamiento también podremos mejorar otras alteraciones como: parálisis braquial obstétrica, tortícolis congénita, alteraciones de la mandíbula y la deglución, bronquiolitis, otitis, insomnio e irritabilidad excesiva.

Aunque ninguno de estos síntomas aparezca en tu bebé, siempre es recomendable hacer una valoración de osteopatía y fisioterapia en el recién nacido. En ella podremos ver si todo funciona correctamente y potenciar lo que necesite mejorar.

En SANE PILATES nuestra fisioterapeuta especialista en pediatría atenderá tus consultas con gran profesionalidad y sensibilidad.

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