Para entender este concepto primero es necesario recordar que es exactamente el Método Pilates. Se trata de un sistema de entrenamiento que nos ayuda a comprender cómo funcionan nuestras articulaciones y nuestros músculos para conseguir los movimientos más funcionales y naturales del cuerpo, sacando así la máxima eficacia a nuestra estructura con el mínimo esfuerzo.

Por tanto Pilates entrena la musculatura buscando la naturalidad y la funcionalidad de nuestra fisiología.

El suelo pélvico está conformado por musculatura tónica, esto es, músculos que mantienen siempre un cierto grado de contracción para poder ejercer su función, que en el caso del periné, consiste en sostener los órganos pélvicos.

Un periné saludable no es un suelo pélvico fuerte (duro), es un suelo pélvico funcional y eso quiere decir que tiene que saber contraerse pero también relajarse correctamente. Ha de guardar un equilibrio entre fuerza y elasticidad.

La acción beneficiosa de los ejercicios de Pilates sobre el periné está vinculada al entrenamiento de la postura correcta del cuerpo, lo que supone un importante apoyo para que el suelo pélvico se contraiga correctamente.

Al igual que no vamos contrayendo conscientemente el suelo pélvico constantemente en nuestra vida diaria, contraer el periné durante la ejecución de los ejercicios de Pilates no tiene sentido ya que no es una acción fisiológica y puede desestructurar la funcionalidad de éste.